Sin duda estamos enfrentados a un momento histórico en la vida humana, la crisis sanitaria que aún estamos viviendo vino a convertir nuestro pensar, nuestra actividad diaria, nuestros tiempos, comportamiento y también cambió nuestra manera de vivir.
Hasta hace un par de décadas, la cocina era un espacio reducido, cerrado, enfocado cien por ciento al servicio doméstico, a nadie le importaba su aspecto o su funcionalidad, era un espacio destinado a las amas de casa y a las cocineras, donde posteriormente llegaron los electrodomésticos, al mismo tiempo que las mujeres se abrieron camino en el ámbito laboral, apartándose lentamente de la cocina y con esto se genera un cambio en las actividades que en ella ocurrían.

Así entonces, es como este espacio tan poco valorado empieza a tomar un protagonismo especial en la casa, se abre al resto de la familia y, a la vez, se constituye como un punto neurálgico, el centro de todo, donde ocurre el encuentro familiar luego de las actividades diarias, un lugar que mezcla el compartir y el disfrute, el mejor lugar para reunirse con los amigos; no es coincidencia que sea allí donde creamos los mejores recuerdos de nuestra niñez.
Evolución de Cocina a FamilyRoom
La incertidumbre del mañana nos obliga a cuestionarnos el espacio en el que convivimos hoy, nos estamos dando cuenta qué tanto vivimos nuestra casa y cada uno de los espacios, las necesidades cambiaron y nuestro trabajo está en responder a estos nuevos requerimientos, diseñando ambientes que nos hagan más fácil el acto de habitar.